
Llevamos una vida acelerada donde la agenda se llena de compromisos y no hay hueco para extras. Sabemos que tenemos que cuidarnos pero lo dejamos para luego. ¿Y si luego tuviesemos que remediar los efectos de esta rutina desequilibrada?¿Y si en la lista de prioridades colocamos ese ratito que marcará la diferencia? Te sorprendería descubrir que muchas de las personas más productivas dedican un espacio CLAVE para cuidarse. Descubre por qué…
Hace poco leí una gran verdad que me sonó dura pero muy real: «Si no tienes tiempo para invertir en tu salud, tendrás que tener tiempo para estar enfermo». Y es que cuando organizamos el planning del día a día y nos damos cuenta de que no nos caben las tareas en las 24 horas que tenemos, parece impensable añadir al calendario un ratito de ejercicio, yoga o meditación. Lo dejamos para luego. Pero quizás nunca nos haga tanta falta como ahora.
De hecho, no podemos hacer que el día dure más pero podemos afrontarlo de la mejor manera posible y para eso nada mejor que gestionar de manera óptima:
- Tu energía
- Tu concentración
- Tu fuerza física
- Tu capacidad para reducir el estrés
- Tu salud
Lo más llamativo es que no hace falta invertir una gran cantidad de tiempo en tu práctica para empezar a sentir los resultados. De hecho, muchos yoguis comienzan siendo ‘tímidos’ practicantes que van a clase un día en semana. Poco a poco los efectos se convierten en ESA RAZÓN que les compromete con su práctica y les ayuda a no dejarla. El yoga llega a sus vidas para quedarse y sus beneficios también.
En nuestra sala te damos todas las facilidades para que iniciar tu camino yogui sea un descubrimiento que vaya haciéndose hueco en tu vida. Nuestro trato es muy personalizado y cercano. Somos una sala pequeña, donde tus necesidades marcan la pauta para que puedas sentirte apoyada/o y acompañada/o.
Puedes echar un vistazo a nuestros horarios y probar una clase sin compromiso. Pero…. ¡¡ojo!! es posible que te «enganches» 🙂